¡Hola de nuevo y bienvenidos a esta nueva sección!
En los próximos meses del cuatrimestre realizaré entradas semanales con el título de "Diario". Aquí se podrán ver mis reflexiones personales acerca de temas tratados en el aula o qué me resulten interesantes. Además, recopilaré información sobre el tema escogido para poder dar mi punto de vista de manera más detallada, de forma que sirva tanto para aumentar mis conocimientos como para dar otro punto de vista sobre el que puedan reflexionar mis compañeros.
EL SELFIE EXTREMO
En ocasiones no somos conscientes de lo que las adiciones pueden llegar a influir en nuestro comportamiento y actitudes. El selfie extremo es uno de esos comportamientos o actitudes peligrosas que adoptan algunas personas únicamente para obtener una fotografía. A continuación comentaré las consecuencias que ello conlleva y artículos de interés.
Desarrollo
Que mejor forma de comenzar esta reflexión conociendo un poco mejor la historia de los selfies para saber cómo es posible haber llegado hasta tal punto de que haya un término referido a poner tú propia vida en peligro por una fotografía. El primer uso del término selfie se dio en 2002 en un foro australiano, ya que en años anteriores no se podía denominar como tal puesto que este concepto se sitúa en el marco de la era tecnológica: el siglo XXI.
Luego de esto, observamos como numerosas personas alrededor del mundo dedicaban tiempo para tomarse un selfie, hasta tal punto de que en las propias redes, por medio de vídeos de YouTube, Instagram, y otras plataformas, nos mostraban trucos sobre cómo conseguir fotografiarte de la mejor manera a través de esta moda. Sin embargo, esta moda fue progresando y dio un paso más allá, denominado como selfie extremo. Por supuesto esto es sólo una de las consecuencias que ha generado el selfie, pero pienso que esta es la más grave.
El selfie extremo, como su propio nombre indica, consiste en llevar al límite una fotografía en la que pones tú vida en peligro. Son muchos los artículos los que cuestionan si de verdad merece la pena poner tu vida en riesgo por un selfie. Tras informarme con varios artículos, me ha causado gran impacto uno en concreto, se trata de una turista ucraniana de tan sólo 26 años que falleció tras caerse del Mirador del Mediterráneo en la ciudad de Benidorm precisamente por efectuar un selfie. Asimismo, estas tragedias no sólo suceden con personas jóvenes y "descuidadas", sino que también se dan en familias como el caso de una familia de la India en la que murieron 6 personas, dos de ellas al hacerse un selfie al lado de una catarata y las otras cuatro por intentar ayudarlas a no caer.
Precisamente descuidos como el de esta turista ucraniana o la familia india son los que pueden a llegar a costarte la vida. Deberíamos tomar consciencia de ello para que esto suceda cada vez menos, porque ya un estudio de la fundación iO nos ha puesto de manifiesto que desde el año 2008 la realización de selfies extremos ha matado a 379 personas.
Es evidente que el riesgo más grave de tomarse un selfie es cuando ponemos en peligro nuestra propia vida para "la foto". Sin embargo, otro de esos peligros es cuando publicamos detalles de nuestra vida privada que pueden derivar en que otros usuarios de la red realicen comentarios hirientes dañando tu autoestima. El grupo más vulnerable ante esto, desafortunadamente, son los niños y adolescentes. Esto es así puesto que somos los que más en contacto estamos con las redes sociales y a su vez nos encontramos en proceso de formar nuestra identidad, por lo que un comentario en un momento inadecuado puede llegar a traer el efecto contrario cuando subimos un selfie a las redes.
Cuando un adolescente publica un selfie pretende una validación positiva por otros usuarios. En este punto puede que sucedan dos cosas. La primera es que reciba ese apoyo positivo que tanto ansía y que esto derive en una continua publicación de selfies; o que suceda todo lo contrario y que pueda afectar a su comportamiento, y, por consiguiente a esa formación de la identidad que todavía no esta propiamente consolidada como sí que lo está en un adulto. Es por ello por lo que me ha parecido interesante lo que el psicólogo Jesús Matos nos plantea "no medir tu felicidad en likes" es fundamental para no verse directamente afectados en la nueva era en la que vivimos.
Conclusiones
En definitiva, pienso que debemos de ser un poco más conscientes de que el aspecto físico es sólo una fachada y que no es lo único que nos define. Así pues preocuparse solo por el exterior y por lo que otros piensen, no produce felicidad y puede conducirnos a arriesgar nuestras vidas como en el caso del selfie extremo o a exponernos de forma pública poniendo en riesgo nuestra intimidad.
Bibliografía: